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Sal de ahí: 10 frases que delatan un comportamiento pasivo-agresivo

¿Crees que tu pareja, o alguien cercano, pueda ser una persona pasivo-agresiva? Varios expertos detallan cómo son este tipo de perfiles y sus frases más comunes para desenmascararlo y librarte de él.

¿Te responde con autoridad, con desagrado, de manera negativa o parecen no importarle tus pensamientos o sentimientos? Entonces, compañera, puede que te encuentres frente a una persona pasivo-agresiva. El comportamiento pasivo-agresivo es una forma compleja y a menudo malinterpretada. Aunque puede parecer inofensivo, esconde una actitud de ira y resentimiento no expresados. Pero va mucho más allá.

Este comportamiento puede tener un impacto profundo en tus relaciones personales y profesionales, motivo por el que quizás estés hoy aquí, para saber si te encuentras frente a alguien así e identifiques si, lo que te dice o la manera en la que te responde, coincide con las frases más comunes que usan los perfiles pasivo-agresivos en su terreno.  

Para ello, contamos con varios expertos en psicología y psiquiatría que nos explican qué significa ser una persona pasivo-agresiva, cómo identificar este comportamiento en tus relaciones, sus posibles repercusiones en tu vida y, lo más importante, cómo enfrentarlo de manera constructiva. ¿Estás preparada para desenmascararlo?

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Te explicamos qué es ser una persona pasivo-agresiva

Según la psicóloga Andrea Brandt, autora de '8 claves para eliminar el comportamiento pasivo-agresivo', el comportamiento pasivo-agresivo se caracteriza por "una forma indirecta de expresar sentimientos negativos o de oposición". En lugar de abordar los problemas de frente, las personas con este patrón de conducta tienden a manifestar su descontento de manera sutil y encubierta. "Muchas personas a menudo dicen «sí» a algo cuando prefieren decir «no». Ofrecen cooperación, pero sus actos contradicen sus palabras".

Por su parte, Joaquín Mateu-mollá, psicólogo general sanitario y Doctor en psicología clínica por la Universidad de Valencia, agrega que "estas personas evitan confrontar abiertamente a los demás, pero encuentran formas sutiles de sabotear, retrasar o boicotear las acciones de los demás". Además, añade, "se considera como un rasgo que acompaña a las psicopatologías de la personalidad del clúster B (sobre todo la narcisista, la límite y la antisocial)".

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¿Cómo sé si me estoy relacionando con alguien pasivo-agresivo?

Como indican los expertos, se trata de un comportamiento a menudo imperceptible, pero que si nos fijamos bien, podemos reconocer con facilidad. Mateu-mollá identifica algunas características comunes en las personas pasivo-agresivas, como la falta de asertividad, la tendencia a la manipulación emocional y una comunicación poco clara y evasiva.

"Estas personas suelen hacer afirmaciones constantes sobre que se sienten incomprendidas por los demás, o utilizan todo tipo de chantajes emocionales para obtener el beneficio que buscan" destaca, lo que puede hacer que seas tú quién acabe sintiéndose culpable por cosas de las que no tienes la más mínima responsabilidad.

¿Se enfada continuamente? "El enfado es el estado interno más frecuente, aunque se opta por no revelarlo a los demás, lo que se traduce en una modalidad de abuso psicológico que daña severamente a quienes se encuentran cerca", agrega el psicólogo.

Además, estas personas suelen mostrarse reacias a asumir responsabilidades y evitar comprometerse con tareas o acuerdos. Daniel K. Hall-Flavin, reconocido psiquiatra, detalla en profundidad los signos que caracterizan una conducta pasivo-agresiva:

  1. Falta de congruencia entre palabras y acciones. La persona puede expresar su acuerdo o compromiso verbalmente, pero luego actuar de manera contraria, sin sentido.
  2. Evitación de conflictos directos. Prefiere evitar confrontaciones directas y expresar su desacuerdo de forma indirecta o pasiva.
  3. Sarcasmo y críticas. Utiliza el sarcasmo o críticas disfrazadas como bromas para expresar su descontento o resentimiento.
  4. Procrastinación y dilación. Pospone tareas importantes o decisiones clave como forma de expresar su desagrado o rebeldía.
  5. Comunicación no verbal hostil. Su lenguaje corporal o tono de voz pueden denotar hostilidad, aun cuando sus palabras parecen ser amables.
  6. Manipulación emocional. Recurre a la culpa o la victimización para obtener lo que desea, sin expresarlo abiertamente.
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¿Cómo te puede afectar su comportamiento?

Relacionarte con una persona pasivo-agresiva, ya sea tu pareja, un amigo o algún familiar, puede tener consecuencias negativas en tu vida emocional y social, por eso, identificarlas es primordial para alcanzar tu bienestar. Según la psicóloga Andrea Brandt, algunas de las formas en que puede afectarte incluyen:

  • Estrés y ansiedad constantes debido a la incertidumbre y la falta de comunicación abierta.
  • Dificultad para establecer límites saludables y mantener relaciones equilibradas.
  • Sentimientos de frustración, resentimiento y baja autoestima.
  • Problemas en el ámbito laboral y personal, como dificultades para trabajar en equipo o alcanzar metas; o construir una relación saludable con esa persona.
  • Deterioro de la salud física y mental a largo plazo.
  • Pérdida de confianza debido a la falta de claridad y sinceridad en la comunicación.

10 frases comunes que usan estas personas

Hasta aquí, puede que todo te esté resultando una macedonia de ideas y aspectos que quizás estés identificando, pero lo que más te va a ayudar a reconocer si estás antes una persona así son las frases (a menudo repetidas en un mismo día) que usa cuando conversa contigo.

El equipo de psicólogos de Psico.mx, han compartido algunas de las más utilizadas por personas con un comportamiento pasivo-agresivo. "Reconocerlas puede ayudarnos a identificar este patrón de comunicación y abordarlo de manera efectiva", dicen. Las 10 frases más comunes son:

  1. "Yo no lo hice a propósito."
  2. "No es nada, no te preocupes..."
  3. "Yo no tengo problemas, eres tú el que los tiene."
  4. "Supongo que no soy lo suficientemente bueno/a para ti."
  5. "Está bien, no te molestes en ayudarme."
  6. "Yo siempre lo hago todo mal, ¿verdad?"
  7. "No sé por qué te enfadas, solo estaba bromeando."
  8. "Si hubieras hecho las cosas como te pedí, esto no habría pasado."
  9. "Ya te lo dije, pero haz lo que quieras."
  10. "¡Wow, qué amable de tu parte!" (con sarcasmo).

¿Has escuchado alguna más de una vez? ¿Mientras las leías, te has imaginado o recordado alguna conversación con esa persona? Estas frases son muy reveladoras, suelen encubrir un desacuerdo o resentimiento subyacente, dificultando la comunicación abierta y la resolución de conflictos en la relación.

Pero hay muchas más, desde un simple "Lo haré más tarde" o "claro, te ayudo enseguida" (procrastinación) hasta frases más complejas como "No es lo que dijiste, es cómo lo dijiste" (culpabilización); o "Está bien", "Si eso es lo que tú crees..." y cualquier otra para cortar la comunicación y eximirse de responsabilidades.

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Y si alguien que es pasivo-agresivo, ¿cómo se lo digo?

Abordar el comportamiento pasivo-agresivo de manera constructiva puede ser un desafío, pero es fundamental para mantener relaciones saludables y satisfactorias. "Aunque la conducta pasivo-agresiva no se considera una enfermedad mental en sí misma, puede interferir con las relaciones y causar dificultades en la vida. Si uno de tus seres queridos tiene problemas de conducta pasivo-agresiva, considera hacer una consulta con un terapeuta", aconseja el Dr. Daniel K. Hall-Flavin. También puedes tomar estas recomendaciones para, antes de tomar esa decisión, decirle lo que piensas e incitarle al cambio:

  1. Elige el momento adecuado, en el que ambos estén calmados y receptivos para tener la conversación.
  2. Usa un tono respetuoso, evita acusaciones y mantén una actitud de empatía y comprensión.
  3. Enfócate en comportamientos específicos y recuérdale acciones o frases que te preocupan, sin juzgarle.
  4. Expresa cómo te hace sentir su comportamiento de una manera asertiva, sin culparle directamente.
  5. Invítale a la reflexión y anímalo a considerar cómo su comportamiento afecta a los demás.

Pero, ¿se puede tratar o modificar este comportamiento?

Seguro que te has hecho esta pregunta, pues no es fácil estar ante una persona así, pero mucho menos tener que alejarte de ella si hay sentimientos entre ambos. Pero tranquila, como explica la terapeuta Andrea Brandt, "la pasivo-agresividad como método de comunicación no hace a alguien mala persona. Simplemente es una estrategia aprendida en la infancia como mecanismo de adaptación, un hábito difícil de romper, pero con las técnicas adecuadas se puede conseguir". La experta, en su libro, propone los siguientes métodos para transformar la pasivo-agresividad en asertividad saludable:

  • Reconocer la ira oculta.
  • Reconectar las emociones con los pensamientos.
  • Escuchar al cuerpo.
  • Establecer límites saludables.
  • Comunicarse de manera asertiva.
  • Reformular el conflicto.
  • Relajarse con técnicas como el mindfulness

Son métodos diseñados para aquellos que son más propensos a este comportamiento, y pueden servirte para expresárserlos y favorecer un entorno más saludable.

¿Cómo dejar de relacionarme con alguien así?

Si has intentado abordar el comportamiento pasivo-agresivo de esa persona pero no ha habido éxito, a veces la mejor opción es establecer límites saludables o incluso distanciarte de esa relación (aunque cueste y duela). Los expertos ofrecen varias estrategias para alejarte sin poner en riesgo tu bienestar:

  • Primero, evalúa la relación y reflexiona sobre el impacto que tiene esta persona en tu vida, y si realmente vale la pena mantenerla.
  • Establece límites claros. Si decides seguir manteniendo relación con esta persona, comunica de manera firme y respetuosa cuáles son tus límites y expectativas en la relación.
  • Evita caer en la trampa. No respondas a las provocaciones o a sus intentos de manipulación.
  • Prioriza tu bienestar. Si la relación se vuelve tóxica, no dudes en alejarte, incluso si eso significa terminar la amistad o el vínculo laboral.
  • Busca apoyo. Comparte tu situación con personas de confianza que puedan brindarte soporte emocional y orientación.
  • Por último ¡enfócate en ti! Dedica tiempo a sanar, valorar más tus intereses y a buscar relaciones saludables.

Recuerda que tu bienestar y tu capacidad de establecer relaciones sanas y equilibradas es lo primero. Alejarte de un comportamiento pasivo-agresivo te ayudará a sentirte mejor contigo misma y a no dañar tu autoestima y confianza en los demás. Así que, si no resulta efectiva tu ayuda, te lo dijimos al principio: ¡Sal de ahí!