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Adiós, procrastinación

¿Tiendas a procrastinar? Lee esto porque puede cambiar tu día a día

Para acabar con la procrastinación y conseguir resultados, tienes que poner en marcha estrategias que realmente funcionen. ¡Deja de perder el tiempo!

Todos hemos lidiamos, tarde o temprano, con la procrastinación. A la hora de enfrentarnos a una tarea surgen ideas varias en nuestra cabeza con un mismo fin: no hacer aquello que nos proponemos. Puede que escuchemos una vocecita que nos dice que es mejor aplazarla para un momento más oportuno, que hay actividades pendientes más importantes o que, sencillamente, no tienes tiempo para acabarla. Y si no vas a acabar una tarea, mejor no empezarla, ¿verdad?

Este tipo de pensamientos, que forman parte del día a día de cualquier persona, son trampas que nos pone nuestra mente para no enfrentarnos a tareas que nos obligan a mirar a la cara a distintos miedos. Por suerte, hay algunas claves para luchar contra la procrastinación que funcionan muy bien, y hoy voy a contarte cuáles son.

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Esta es la razón por la que procrastinamos

Quizá la pregunta más importante para acabar con la procrastinación sea, ¿por qué procrastinamos? ¿Qué nos lleva a postergarlo todo continuamente? Solo encontrando el origen del problema, podremos darle solución.

En su libro Acaba con la procrastinación, Aurélie Dorchy nos explica que la procrastinación nace, normalmente, de diversas clases de miedo. Son estos temores los que nos llevan a aplazar de forma indefinida las tareas domésticas, los proyectos profesionales e incluso algunas conversaciones complicadas.

En términos generales, la experta divide estos miedos u obstáculos en los siguientes: el perfeccionismo, el temor a decepcionar, la necesidad de control, la sobreestimación de las capacidades, el miedo al fracaso, la necesidad de adrenalina para trabajar y el miedo al éxito y al cambio.

Estas parecen ser las principales causas de la procrastinación. Localizar cuál de ellas te están frenando es el primer paso para poder acabar con la misma, aunque no es lo único que puede hacer para dejar de procrastinar y comenzar a conseguir resultados.

Consejos para acabar con la procrastinación

Trabajar las causas de la procrastinación es la forma más eficaz y duradera de acabar con ella, pero también requiere de un intenso trabajo psicológico. Mientras que buscamos sanar esas heridas, miedos o creencias que nos impiden avanzar, ¿qué podemos hacer? Tenemos que buscar la forma de seguir adelante, y para ello contamos con algunos consejos prácticos que funcionan y te ayudarán a dejar de procrastinar.

Busca la motivación adecuada

El primer punto que Aurélie Dorchy aborda en su libro para acabar con la procrastinación radica en conseguir la motivación adecuada. La mente es una máquina compleja, y solo dará resultados si conseguimos activarla de la forma correcta.

Para ello, la experta nos recomienda centrarnos en tres puntos, principalmente:

  • Hazte las preguntas adecuadas. Todo en la vida se hace por algo. Enfrentarte a una tarea que no te acerca a tus objetivos vitales, en especial si es repetitiva, compleja o tediosa, es la forma más sencilla de caer en la procrastinación. Así que lo primero que debes preguntarte es, ¿qué quieres en la vida? Por ejemplo, si tu objetivo es llegar algún día a ser una persona destacada en tu sector, pero tu trabajo actual te resulta tedioso y nada estimulante, podrías enfocarlo como un medio para un fin. Si te esfuerzas, tarde o temprano conseguirás el puesto que deseas. Pero para ello, debes avanzar poco a poco, paso a paso.
  • Conoce tus tentaciones, y ponlas a tu servicio. En nuestro día a día nos enfrentamos a muchas tentaciones. Actividades sencillas y placenteras en las que perdernos durante horas, sin avanzar en nuestros objetivos. La clave es aprender cuáles son las tuyas y, en lugar de permitir que te distraigan, ponerlas a tu servicio. Si, por ejemplo, estás trabajando en un proyecto complejo y largo, establece metas realistas de trabajo y, cuando las alcances, recompénsate con algo de tiempo libre para hacer lo que quieras. Sin restricciones.
  • Trátate como tratarías a tu mejor amigo. No hay mejor consejero que un buen amigo. De hecho, es muy probable que hayas ofrecido, en más de una ocasión, un gran consejo a tus amigos. ¿Por qué no hacer lo mismo contigo misma? Durante este proceso, trátate con amabilidad y date sabios consejos. No te machaques ni te insultes por no conseguirlo a la primera. Anímate a seguir intentándolo hasta que lo consigas.

Aprende a clasificar tus tareas

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Clasificar tus tareas es esencial para poder organizar tu tiempo. Así que, antes de avanzar a ese punto, vamos a dejar claro este. El método más eficaz recomendado por los expertos consiste en dividir las tareas entre urgentes y no urgentes, e importante y no importantes. Es lo que se conoce como la matriz de Eisenhower.

Con esta clasificación conseguirás obtener una lista clara de las tareas que debes priorizar:

  • Lo importante y urgente, debes hacerlo cuanto antes. Aquí van siempre las tareas con plazos exactos que conllevan consecuencias si no se terminan a tiempo.
  • Lo importante, pero no urgente, debes programarlo. En este punto se incluyen tareas con plazos poco concretos, pero que son esenciales para el éxito a largo plazo.
  • Lo no importante, pero urgente. Son tareas que deben hacerse sí o sí, pero no requieren de tus habilidades específicas. En la medida de lo posible, estas taras puedes delegarlas, pero no descuidarlas.
  • Lo no importante y no urgente. Ni contribuye al éxito, ni son necesarias. Te sorprenderá cuántas de estas tareas aparecen en tu día a día. Lo que hay que hacer con ellas es eliminarlas.

Organiza bien tu tiempo

Ahora que tienes claras cuáles son tus prioridades, es hora de organizar tu tiempo. Aurélie Dorchy recomienda dividir siempre las tareas grandes en pequeños objetivos. Por ejemplo, si tu objetivo es redactar una tesis, los objetivos podrían ser redactar el primer apartado, o incluso el primer párrafo, corregir determinadas partes, hacer tareas de investigación o revisar lo que has escrito. Pon por escrito cuáles son las piezas que conforman el puzle total, y empieza a organizar tu tiempo.

En este aspecto, hay varios métodos que pueden ayudarte, y debes elegir el que mejor encaje contigo. Puedes hacer listas de tareas, e ir tachándolas cuando acabes (esto genera gran satisfacción y suele contribuir a la motivación). También puedes añadir franjas horarias a tu lista, si crees que te ayudará a concentrarte.

Para proyectos más grandes o complicados, puedes probar con la retroplanificación utilizando el diagrama de Gantt. Este tipo de planificación es ideal para cuando tienes que organizar un proyecto complejo en un tiempo claramente delimitado. Por ejemplo, preparar una fiesta de cumpleaños.

El proceso consiste en elaborar una lista de tareas concretas que debas llevar a cabo y determinar cuánto tiempo, aproximadamente, vas a tardar en completar cada una. Luego plasma todos estos datos en una tabla para tenerlo todo en mente. A medida que vayas completándolas, lo irás marcando en la misma para tener un referente visual de tus avances.

Por último, la experta nos ofrece dos grandes consejos a la hora de planificar las tareas diarias: empieza siempre por lo más complicado y, si no tienes fecha límite, impóntela tú misma.