Quienes realmente adoran llevar sus uñas pintadas de manera impecable, saben que maquillarlas cada pocos días puede llegar a resultar tedioso. Y es que, por mucho que cuidemos las manos, los esmaltes ordinarios acaban por estropearse al más mínimo golpe o roce con los quehaceres diarios. En este sentido, las uñas permanentes son el único tipo de manicura que ofrece una verdadero acabado de larga duración.
Si eres de las que todavía tiene dudas sobre las ventajas y desventajas de esta manicura, sigue leyendo, porque te las despejamos todas.
Uñas permanentes: ¿qué son?
Se trata de un tipo de manicura con gran durabilidad que permite realizar todo tipo de diseños en cualquier forma y largo de uña. Es ideal para aquellas a quienes les encanta lucir una manicura impecable sin tener que volver a visitar el salón de belleza durante semanas. Y es que, a diferencia de las manicuras tradicionales, las uñas permanentes no se descascarillan con el paso de los días o el uso continuo de las manos en las rutinas diarias.
Debes saber que hay dos técnicas para hacerse unas uñas permanentes:
- Las uñas acrílicas son esas uñas esculpidas que modifican el largo y el grosor de la uña natural mediante una base viscosa a la que se suele dar forma con ayuda de un molde o tip. Este se pega sobre la uña natural y a continuación se aplica el producto viscoso que recreará la nueva uña.
- Las uñas de gel son muy similares pero se crean con un gel especial al que se da forma con una brocha y que se puede aplicar directamente sobre la uña natural. Eso sí, si deseamos modificar el largo de la uña, necesitaremos colocar un tip a modo de soporte.
En el caso de las uñas de gel, se realizan con curación en lámpara en cada paso de la aplicación para asegurar que cada capa se sella correctamente y se obtiene una manicura duradera. Sin embargo, el acrílico se seca y endurece al natural.
Cómo hacer uñas permanentes en casa
En general, se trata de una técnica no apta para no profesionales y que te recomendamos realizarte en salones de uñas. Aunque, si eres una de esas autodidactas que se atreven con todo en esto del nail art, no dudes en hacerte con los materiales indispensables y ponerte manos a la obra. Eso sí, te aconsejamos que optes por las uñas de gel, ya que la aplicación es ligeramente más sencilla.
Aquí tienes el paso a paso, tanto para uñas acrílicas como de gel:
- Prepara la uña: desinfecta, arregla las cutículas, lima (si vas a dar forma) y pule la superficie de la uña con el taco. La uña debe quedar limpia, seca y sin residuos.
- Si vas a usar un tip como base, es el momento de pegarlo sobre la uña natural (en uñas acrílicas es un paso obligatorio).
- En el caso de uñas acrílicas, habrá que mezclar con un pincel el polvo con el líquido (polímero y monómero) para obtener la base viscosa sobre la que se construirá la uña. Tres perlitas de esta masa serán suficientes aunque deben quedar perfectamente extendidas, creando una superficie uniforme. Entonces, una vez se seque, se le podrá dar la forma deseada a la uña, pulirla y esmaltarla.
- Si se trata de uñas de gel, habrá que aplicarlo sobre el tip, darle la forma con el pincel y curarlo en lámpara para que se endurezca, para luego pulirla y seguir el mismo proceso de esmaltado para completar el diseño de uñas. Si no utilizas tip, tendrás que aplicar un base coat en la uña natural para protegerla.
Uñas permanentes: ¿Qué ventajas tienen?
La manicura semipermanente es perfecta para quienes usan las manos a diario porque permite manipularlas sin que las uñas se dañen, gracias al efecto de endurecimiento del esmaltado, que las mantiene perfectas durante semanas. Precisamente por su cómodo mantenimiento, muchas eligen esta manicura que les permite reducir las visitas al salón de uñas a una al mes.
Otra de las ventajas de las uñas de gel es que la base esculpida (ya sea de gel o acrílica) hace de barrera entre la uña natural y el esmalte, por lo que la protege del esmaltado. Además, si deseamos mantener el mismo diseño de uñas, una vez estas han crecido, es posible prolongar la duración de la manicura con un retoque a modo de relleno en la zona visible, mucho más rápido desde cero y económico que realizar la manicura de nuevo.
¿Cuánto duran unas uñas permanentes?
Es la gran pregunta y la que marca la diferencia con el resto de manicuras. Un esmaltado permanente puede durar entre 30 y 40 días, siempre dependiendo del crecimiento de la uña.
Uñas permanentes: ¿son perjudiciales?
Si bien las uñas permanentes no son perjudiciales en sí, es cierto que el abuso de este tipo de manicuras tiende a debilitar la uña, lo que implica que es necesario realizar descansos periódicos para dejar que se recupere. En este sentido, déjate aconsejar por profesionales de confianza para saber cuándo debes espaciar la manicura. En general, conviene combinar este tipo de uñas con productos específicos que aporten hidratación y nutrición, no solo a las uñas, sino también a las cutículas.
¿Cuál es la diferencia entre uñas permanentes y semipermanentes?
A menudo suele haber gran confusión entre ambos tipos de manicuras, sobre todo la de gel, porque ambas requieren la curación en lámpara. Sin embargo, la principal diferencia es que la uña permanente se realiza sobre una base artificial (acrílico o gel), mientras que la semipermanente se realiza con un esmalte que se aplica sobre la uña natural y se endurece con la lámpara. Como consecuencia de lo anterior, las uñas permanentes ofrecen una durabilidad superior a las semipermanentes (de ahí su nombre). De hecho, pueden durar hasta el doble.
¿Cómo quitar uñas permanentes?
Lo más recomendable siempre es que acudas al salón en el que te han hecho las uña para que te las retiren. Allí utilizarán herramientas profesionales como el torno limas de diferentes grosores para eliminar la capa artificial de producto sin dañar la superficie de la uña.
Como alternativa, si decides quitártelas en casa, debes tener en cuenta que el proceso será mucho más lento y puede que hasta repetitivo. Necesitarás aplicar acetona pura en cada uña durante unos 15 minutos para que ayude a ablandar la manicura. Para ello, deberás empapar algodones para fijarlos sobre las uñas, ya sea mediante dedales, clips o trozos de papel de aluminio. Transcurrido ese tiempo, podrás ir retirando los restos con ayuda de un palito de naranja o un quitacutículas. Si la manicura no está suficientemente reblandecida, tendrás que repetir el proceso de la acetona.