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Felicidad noruega

Método KOS: el secreto de los noruegos para ser más felices explicado paso a paso

Noruega se encuentra entre los 10 países más felices del mundo, y en gran medida, se debe a este curioso concepto que aplican en muchas áreas de vida. ¿Es el método KOS el secreto de la felicidad?

Todos queremos alcanzar la felicidad. Es una aspiración compartida por todos, aunque cada uno le pongamos un apellido distinto. Para algunos, la felicidad radica en tener todo aquello que desean. Para otros, vivir una vida apacible y sin complicaciones. Hay quienes sueñan con la fama, con el éxito, la familia, el amor o con conocer el mundo entero.

Sin embargo, está claro que hay quienes consiguen alcanzar esta felicidad con mayor éxito que otros. Por eso, cada año, en la Encuesta Mundial Gallup descubrimos a los países más felices del mundo. Como viene siendo costumbre desde hace unos años, en el TOP 10 encontramos a Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suecia, Israel, Países Bajos, Noruega, Luxemburgo, Suiza y Australia.

Pero, ¿qué es lo que hace que los habitantes de estos países sean mucho más felices que el resto?Intentaremos descubrirlo hablando del método Kos, un secreto noruego que parece esconder la clave de la felicidad.

¿Existe el secreto de la felicidad?

Cualquiera pensaría que en un clima tan inhóspito como el de Noruega, Islandia o Finlandia, la felicidad tendría pocos lugares en los que prosperar. Y, sin embargo, estos países aparecen constantemente en la lista de los más felices del mundo. Pero ¿por qué?

Los expertos encargados de la encuesta citada afirman que la clave parece estar en la confianza de los ciudadanos entre sí y en sus gobiernos. Otros factores que no debemos pasar por alta son los fuertes sistemas de bienestar que han implementado sus gobiernos, la baja delincuencia y el bajo desempleo, lo que permite que muchas menos personas se consideren infelices.

La escritora norte americana Audrey Camp, residente de Oslo, explica que “cuando la gente se siente segura en su trabajo, su salud y su educación, tiene la libertad de invertir emocionalmente en cosas que importan más para la felicidad, como la familia, los amigos y la diversión”.

Es decir, si bien lo que reflejan los datos es que la felicidad se asocia a una mayor seguridad económica, laboral y social, la clave para ser feliz reside realmente en todo aquello que no podemos hacer cuando estamos agobiados y angustiados por el trabajo, el dinero y los problemas sociales.

Aunque está claro que, si no sabemos en qué reinvertir ese tiempo, estamos perdidos. Los noruegos tienen claro cómo transitar su propio camino hacia la felicidad sencilla, alejada de las imágenes de lujo y escándalo que bebemos del cine americano. Para ellos, la felicidad está, en una palabra: Kos. Y como esto les ha partido ser el séptimo país más feliz del mundo, sin duda merece la pena pararnos a comprender qué significa la filosofía Kos.

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El método Kos y cómo puede ayudarte a ser feliz

El término Kos significa, literalmente, acogedor. Esta palabra está relacionada con ideas como el confort, la comodidad, la amabilidad y el bienestar que se genera al estar acompañado y compartir con los demás. En Noruega utilizan este término para hacer referencia a experiencias agradables, favorables y provechosas.

De esta raíz nacen palabras relacionadas también con esta filosofía, como Koselig. Tal y como explica Arne Kruse, experto en la lengua noruega, esta palabra “puede describir una casa, una situación, una comida, una conversación o una persona”. Lo que realmente importa es que transmite “una sensación de seguridad, calidez y bienestar”.

Este curioso término, que no tiene una traducción exacta en castellano, parece ser la clave para que, un país que se enfrenta al terrible sol de medianoche, siga manteniéndose entre los más felices del mundo.

A grandes rasgos, Kos significa buscar la felicidad en lo acogedor, en lo cálido, lo amable y lo agradable. Algo que todos podemos poner en práctica en nuestro día a día. Aunque, a veces, encontrar la calidez en los pequeños detalles no resulta sencillo. Por eso, el método Kos nos da los siguientes consejos:

La felicidad está en los pequeños placeres

Lo primero que nos dice el método Kos es que la felicidad no está en grandes lujos, sino en pequeños placeres. Ya sabes, eso de “el dinero no da la felicidad”. Y aunque ayude a poder olvidar ciertas preocupaciones, es cierto que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.

Cuando sientas tristeza por no tener aquello que deseas, reflexiona sobre todo aquello que tienes. Un hogar en el que estás a salvo del clima, del frío, del calor y de las tormentas. Alguien en quien poder apoyarte, sea un amigo, tu pareja o tu familia. Un buen libro en el que perderte. La capacidad de leerlo. El sabor amargo del café o el dulzor de una onza de chocolate. Agua caliente para bañarte. Todos esos placeres están al alcance de tu mano, pero si no les prestas atención, acabarás por olvidarlos. Concéntrate en estos pequeños placeres, y comenzarás a experimentar una vida mucho más plena y feliz.

Entra en contacto con la naturaleza

El Kos no es solo disfrutar de los pequeños placeres. También consiste en hacer que todo sea acogedor, incluido el planeta en el que vivimos. Por eso, para este método de la felicidad, es esencial que seamos respetuosos con él. Debemos cuidar el planeta en el que vivimos, igual que lo hacemos con nuestra casa, sin entender que al salir por la puerta hemos dejado de estar en nuestro hogar.

Para ello, tendremos que empezar a considerar que la naturaleza es una extensión de nuestra casa. Vivimos conectados al planeta, y a través de esta conexión podemos experimentar una felicidad mucho más intensa que encerrados en casa.

Disfruta de un largo paseo en compañía de alguien a quien quieras, escucha la brisa entre los árboles, siente el olor de las plantas y deja que el sol bañe tu piel. Todos estos pequeños regalos te los concede la vida, la naturaleza. Están ahí, solo debes aprender a apreciarlos.

Disfruta de la buena compañía

La vida es muy larga para vivirla en soledad. El ser humano es sociable por naturaleza, y por eso el método kos hace hincapié en la necesidad de contar con buena compañía. Esto, a su vez, puede interpretarse de dos formas diferentes.

Para empezar, es una señal para que empieces a pasar más tiempo con los tuyos. Debes buscar el equilibrio entre trabajo y tiempo libre, para compartir junto a aquellos a los que más quieres tiempo de calidad. Apagad la tecnología, desconectad la mente y perderos en el placer de una buena conversación. No hay nada más reconfortante que compartir una charla intensa y profunda, que os ayude a conectar.

Y no lo hagas solo con las personas a las que quieres. Aprovecha cada oportunidad para conocer a aquellos que te rodean, para conectar con las personas que conforman tu comunidad, con las que te encuentras cada día. Tus vecinos, compañeros de trabajo, las personas que pasean a sus perros en el mismo parque que tú. Tras cada uno de esos individuos podría esconderse un gran amigo.

Por otro lado, esto significa que debes elegir bien tu compañía. Cuando te encuentres rodeada de personas que no te hacen feliz, que te hacen dudar de ti misma y con las que no te sientas cómoda, no pierdas el tiempo. Ahí no es. No te juzgues por aprender a decir no, por decir adiós y poner tus límites. Todos tenemos un lugar en el mundo. Es difícil encontrarlo, así que mejor no perder mucho tiempo en aquellos lugares que ya sabemos que no nos pertenecen.

Preocúpate por los demás

No hay Kos sin comunidad. Si este método nos dice que debemos cuidar el planeta y la naturaleza, por supuesto no deja fuera a las personas que nos rodean. No se puede ser feliz si se vive rodeado de tristeza. Por eso, una de las claves del Kos está en ayudar tanto como puedas a los demás.

Está claro que no vas a arreglar el mundo sola, pero un pequeño acto de amabilidad es mucho más poderoso de lo que imaginas. Deja pasar a alguien cuando vayas conduciendo, aunque no fuera obligatorio. Ayuda a cargar las bolsas de la compra a alguien que lo necesite. Dedícale una sonrisa a cada persona con la que te cruces. Y si puedes ir mucho más allá, hazlo. Involúcrate en arreglar un poco la vida de las personas que te rodean. Colabora con obras sociales, pregunta qué puedes hacery verás como tu mundo se vuelve mucho más luminoso.

Practica la atención plena y la gratitud

Para poder disfrutar de todo lo que nos propone el método Kos debemos entrenar dos habilidades del alma y la mente: la gratitud y la atención plena. La primera nos permitirá empezar a apreciar todo aquello bueno que hay en nuestra vida y que con tanta facilidad olvidamos. Todos los días, dedica unos minutos a dar las gracias a la vida, a las personas que te rodean y a ti misma por todo aquello bueno que tienes.

La segunda, te permitirá dejar de lado las preocupaciones para centrarte en lo que realmente importa. En esas pequeñas cosas que componen el todo que es la felicidad. En el sabor del café, en el calor del baño o la calidez del abrazo de un amigo. La mejor forma de entrenar esta habilidad, por supuesto, es por medio de la meditación. Aunque hay otras actividades, como la respiración consciente, el yoga o el pilates, que pueden ayudarte a entrenar la atención plena.

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Identifica aquello que te hace feliz

Para acabar, el método Kos podría resumirse en esta frase. Aprende a identificar aquello que te hace feliz, y llena tu vida de ello. ¿Te gusta jugar al tenis? Busca un hueco cada semana para hacerlo, y hazlo con la atención plena en ello. ¿Disfrutas de tomar un café con tus amigas cada tarde? Que sea tu momento sagrado.

Y así con todo lo que te haga feliz. El cuento de tus niños antes de ir a dormir. La música de fondo mientras preparas una comida que te gusta y que sabes que es buena para tu cuerpo. El sabor de los besos de tu pareja. La calidez del hogar cuando vuelves del trabajo. Todos estos pequeños detalles son los que construyen la felicidad. Identifica cuáles son las piezas de tu puzle particular y no olvides buscarlas cada vez que tengas ocasión.