El minimalismo llegó a nuestras vidas como una manera de mantener nuestra casa más ordenada y limpia, pero con el tiempo se ha revelado como una filosofía que va más allá de las cosas materiales.
Las personas que han abrazado el minimalismo han visto que vivir con lo esencial tiene consecuencias muy positivas sobre su salud emocional. Al tiempo que se deshacían de objetos que no necesitaban, y apostaban por adquirir solo lo imprescindible, su vida se simplificaba, y el estrés y la ansiedad se reducían.
Por este motivo, cada vez más personas se interesan por cómo el minimalismo puede ser una manera de lograr una vida más plena y feliz. Si tú también te estás dejando seducir por la idea del "menos es más", vamos a contarte la manera de aprovechar las enseñanzas del minimalismo para poner orden, no solo en tu casa, sino también en tu mente.
El minimalismo empieza con el armario
La mayoría de expertos que han escrito libros hablándonos de su experiencia tras iniciar una vida minimalista, coinciden en confesar que todo empezó ordenando el armario. Y es que la mayoría de nosotras oímos hablar por primera vez de minimalismo gracias a Marie Kondo y su libro La magia del orden. Sus ideas para mantener la casa ordenada, dejando solo lo esencial y desprendiéndonos de todo aquello que no necesitábamos, inspiró a muchas personas que empezaron a seguir sus consejos.
Lo que muchas no imaginábamos es que esa fiebre por el orden y por disfrutar de casas más limpias y despejadas acabaría siendo una fórmula válida para simplificar nuestra vida, más allá de lo material, y alcanzar una paz mental que con otras fórmulas no habíamos alcanzado.
El conferenciante y experto en desarrollo personal, Marc Reklau, en su libro El minimalista feliz, explica cómo del orden material pasó a poner orden en su mente: “Una cosa asombrosa que me sucedió después de ordenar y despejar las cosas físicas fue que estaba en tal racha que comencé a despejar el desorden no físico de mi vida: emociones dolorosas innecesarias, malas relaciones, malos socios comerciales. Fue increíble”.
El minimalismo nos puede llevar a una vida más plena y feliz porque nos invita a deshacernos de todo aquello que no es esencial y a quedarnos solo con lo que nos aporta alegría y bienestar. Y esto es válido para cosas materiales y emocionales.
Este mismo descubrimiento hizo Adriana Coines, que en su canal de YouTube y en su podcast nos cuenta cómo ha logrado llevar una vida minimalista. Después de ordenar su armario, asegura que se preguntó: “¿Qué pasaría si hiciera esta limpieza en toda la casa? Es más, me dije: ¿qué pasaría si aplicara el minimalismo a todos los ámbitos de mi vida, más allá de lo material?”
Cuando te animas a poner orden en tu casa y decides hacer un cambio de chip para prescindir de todo aquello que no es esencial, algo se activa en tu mente y empiezas a ver las cosas con más claridad. En palabras de Reklau: "el minimalismo me aportó claridad, enfoque y felicidad a mi vida".
El experto en minimalismo considera que una casa desordenada puede ser un síntoma de un desorden interior. "Si tienes demasiadas cosas que no usas en tu casa, ello agota tu energía. El desorden es energía atascada y se acumula".
Una experiencia similar es la que cuenta Adriana Coines que encontró en el minimalismo una manera de poner orden en su vida: "Mi mente estaba hecha un lío, y yo quería dejarla tan despejada y organizada como había quedado mi ropero".
Los minimalistas encuentran muchas ventajas en dejar ir todo lo innecesario. "Se trata de decir NO a muchas cosas para que podamos disfrutar mucho más de las cosas a las que decimos que SÍ", asegura Raklau. Pero, ¿aporta tantos beneficios a nuestra salud emocional el desprendernos de cosas que no necesitamos? Vamos a ver los beneficios de vivir con menos.
Beneficios de una vida minimalista
En su libro El minimalista feliz, Marc Reklau, repasa todos los beneficios que ha aportado a su vida desprenderse de cosas que no necesitaba para quedarse únicamente con lo básico.
Tendrás más tiempo libre
Cuando decides reducir tus posesiones a lo esencial, las tareas de limpieza de tu casa se simplifican y tardas muy poco en realizarlas. Además, a medida que vas adentrándote en el minimalismo, cada vez eres capaz de prescindir de más cosas, por lo que puedes acabar necesitando una casa más pequeña para vivir. El resultado es que las tareas domésticas se reducen y pasas a tener más tiempo libre. Este tiempo lo puedes dedicar al autocuidado y a las aficiones que te hacen feliz.
Harás menos compras emocionales
Muchas de las cosas que tenemos en casa no las hemos comprado porque las necesitáramos, sino por un impulso que a veces oculta alguna carencia emocional. Adriana Coines lo expresa muy bien en su libro Minimalistamente: "compraba para anestesiar el profundo vacío que me devoraba por dentro, porque era lo único que me daba un poquito de alegría". Si decides ser minimalista renuncias a llenar tu vacío emocional con cosas materiales, con lo que ganas autoestima y te sientes mejor contigo misma. Otra consecuencia es que ya no gastas tanto dinero. Lo que ahorras lo puedes dedicar a experiencias que te llenen de verdad.
Te sentirás más agradecida
Al prescindir de lo superfluo y quedarte solo con lo que de verdad te importa, te sentirás más agradecida por lo que tienes porque para ti tendrá mucho valor. Cuando abrazas el minimalismo empiezas a practicar la gratitud, y ello tiene efectos muy positivos sobre tu estado emocional. Ser agradecida hace que te vuelvas más positiva, pasas a ver las cosas con mayor optimismo y te sientes más feliz. Reklau lo confirma: "la gratitud es mi píldora mágica. Es el antídoto para todas las emociones dolorosas".
Aprenderás a decir que no
Practicar el minimalismo también implica ser capaz de decir NO. Antes de comprarte algo nuevo o cuando estás decidiendo de que puedes prescindir, has de ser capaz de decir: "no necesito esto". Esta manera de pensar también puedes llevarla a tus relaciones personales. Has de ser capaz de decir NO cuando alguien te propone alguna actividad que no te interesa. Tu tiempo es muy valioso y a veces lo malgastamos por no ser capaces de decir NO cuando es necesario.
Te centrarás en lo que realmente importa
El minimalismo te llevará a preguntarte qué es lo realmente importante en tu vida, y como consecuencia empezarás a eliminar distracciones y relaciones que te roban energía y no te aportan nada. Una de las máximas del minimalismo es "calidad sobre cantidad". Esto quiere decir que potencies las relaciones personales y las actividades que te hacen sentir bien, y dejes de lado todo aquello que no te llena.
Te volverás más positiva
Los pensamientos negativos merman nuestro bienestar emocional y nos roban la alegría. El minimalismo te animan a adoptar una mentalidad positiva y a preguntarte si no te estarás preocupando demasiado a causa de esos pensamientos negativos. Reklau nos propone hacer una lista con nuestras preocupaciones, y clasificarlas de esta manera: las relacionadas con el pasado que no podemos cambiar, las del futuro que nunca sucederán, las que no están bajo nuestro control, y las que sí podemos controlar. Quédate solo con estas últimas y verás que has eliminado entre un 90-95% de tus preocupaciones.
Vivir de una manera minimalista nos puede ayudar a superar el malestar emocional y a alcanzar un equilibrio que nos haga sentir mejor. Marc Reklau nos invita a descubrir los beneficios del "menos es más" asegurando que "tener todo lo que necesitas (no todo) te dará los mismos sentimientos que me da a mí: paz, claridad y libertad".