La creencia de que ser optimista o pesimista es un rasgo de carácter con el que se nace y que nade puede cambiarlo, hace tiempo que se ha puesto en cuestión. Son muchos los psicólogos, psiquiatras y neurocientíficos que defienden que podemos entrenar nuestro cerebro y cambiar nuestra manera de interpretar la realidad. Dicho de otra manera: podemos aprender a ser más positivas y optimistas.
En su libro El cerebro optimista (Editorial Urano), el neurocientífico Mikel Alonso asegura que "todos somos igual de optimistas, pero variamos en nuestro pesimismo. Lo bueno (...) es que nuestro cerebro está hecho para cambiar. Si tú no eres optimista, si no ves lo positivo de esta vida, si tus creencias te llevan a ver el lado oscuro de tu realidad, puedes terminar con ese tú, puedes cambiar".
La clave está en transformar nuestras creencias, es decir, la imagen que hemos elaborado en nuestra mente sobre lo que somos, lo que podemos conseguir y cómo es nuestra vida. Si creamos imágenes negativas de nosotras mismas y de lo que nos rodea, nos volvemos pesimistas y dejamos de creer en nuestras posibilidades. Al contrario, si somos capaces de generar imágenes positivas, nos valoramos más y creemos en nuestras capacidades, nos volveremos más optimistas.
Ser una persona positiva tiene muchas ventajas, sobre todo para nuestro bienestar emocional. Por ello vale la pena descubrir cómo podemos aprender a ser más optimistas. La clave está en adquirir algunos hábitos sencillos que entrenen nuestro cerebro para ver la parte buena de la vida. La única manera de escapar del pesimismo es practicar el optimismo. Te enseñamos cómo.
Podemos aprender a ser más positivas
La manera en que vemos la realidad genera unas creencias que hacen que nuestro cerebro interprete todo lo que nos pasa con base en esas creencias. "Nuestro cerebro (...) prefiere ver el mundo que le rodea de forma coherente con las ideas que se ha creado. Por eso, de manera inconsciente y natural, presta atención a aquellos estímulos que muestran la realidad acorde con las creencias que hemos adoptado en nuestras vidas", asegura el doctor Alonso.
El neurocientífico cuenta así cómo, si tenemos tendencia a ver solo lo malo de la vida, solo veremos cosas negativas. Habremos entrenado nuestro cerebro para ser pesimistas. Pero, ¿qué pasaría si pasásemos a ver nuestra vida con más amabilidad, si cultiváramos algunos sueños y confiáramos más en nuestras posibilidades? Según el doctor Alonso, nos transformaríamos en personas más positivas, capaces de ponerse metas ilusionantes y luchar por ellas.
"Los optimistas son simplemente menos pesimistas. Que su visión de la realidad esté sesgada de forma positiva, lejos de ser un problema se convierte en una gran bendición. Los escenarios que maneja su mente son de alegría, logro y éxito".
Así que, el primer paso para ser más positiva es tener la voluntad y el propósito firme de querer cambiar. Luego, será necesario introducir algunos hábitos sencillos que nos ayuden a ver la vida con más optimismo. Estos hábitos han de ser agradables, nos han de proporcionar bienestar porque, como dice el doctor Alonso, "si convertimos nuestro periodo de cambio en un placer en sí mismo, si es una fuerza que sale de dentro, la probabilidad de conseguir la meta se dispara, así como el bienestar durante el proceso".
Para ayudarte en tu proceso para ver el lado positivo de las cosas y no enfocarte tanto en lo negativo, vamos a proponerte 7 hábitos que, si los incorporas a tu día a día, te van a dar muy buenos resultados.
7 hábitos que te ayudarán a ser más positiva
Una manera de entrenar nuestro cerebro para convertirnos en personas más optimistas es adquirir algunos hábitos que cambien nuestra percepción negativa de la realidad. Como todos los hábitos, es importante ponerlos en práctica a diario o tan a menudo como sea posible hasta que se integren en nuestra vida y los realicemos casi sin darnos cuenta.
Sonríe cada día
Puede parecer un gesto sencillo, pero sus efectos sobre nuestro bienestar emocional pueden ser extraordinarios. Está demostrado que reír y tener sentido del humor tiene beneficios sobre nuestro estado de ánimo e incluso sobre nuestra salud.
Si tienes un día en que te sientes con la moral baja, prueba a ponerte una película divertida, lee un libro que te haga reír, queda con alguna amiga que sepas que te va a contar anécdotas que te van a dibujar una sonrisa. Reír aumenta los niveles de serotonina y va a ayudarte a mantener una actitud más positiva ante todo lo que te depare el día a día.
Haz ejercicio y cuida tu salud
Mientras realizamos ejercicio está demostrado que generamos dopamina, un neurotransmisor que te hace sentir bien y que combate la ansiedad. Por eso, después de hacer algún deporte nos sentimos mejor y más animados. No se trata de hacer deportes muy exigentes. Si no te gustan o no estás muy en forma, puedes empezar por caminar cada día e ir incrementando tu actividad poco a poco.
Aprovecha esta apuesta por la salud para mejorar también tu alimentación. Un estudio publicado en la revista American Journal of Public Health asegura que las personas que comen más frutas y vegetales se sienten más felices y satisfechas con su vida, y experimentan menos sentimientos de ansiedad y nerviosismo. Además, como asegura el doctor Mikel Alonso en El cerebro optimista, comer de manera saludable te dará la energía que necesitas para hacer frente a tu día a día. "Si tienes un gran cansancio, la posibilidad de que experimentes síntomas de decaimiento físico y mental es elevada, y esto perjudica tu autoestima y actitud vital".
Trátate con amabilidad
Para tener una actitud más positiva ante todos los contratiempos que, de una manera u otra, todas tenemos que sortear, es muy importante ser amables con nosotras mismas. Lo que te dices a ti misma a través de lo que denominamos autodiálogo o diálogo interno afecta a nuestra autoestima y a nuestro estado de ánimo. Como asegura Alonso, "si te dices mayoritariamente cosas negativas, tu autoestima seguirá bajando. La única forma de que crezcas y cambies es desarrollar un diálogo interno basado en el respeto, la comprensión y la paciencia. Si te castigas con crueldad, no tendrás fuerzas ni moral para nadie".
Anímate escuchando música
En los estudios sobre aquello que nos hace más felices cada vez tiene un mayor protagonismo la música. Alonso lo explica muy bien: "La música reduce los niveles de cortisol propios del estrés y aumenta la producción de una gran cantidad de proteínas y hormonas de la felicidad. Escuchar música mejorará tu humor de forma inconsciente, alegrará tu estado de ánimo y te inyectará energía".
Rodéate de personas positivas
Tener buenas relaciones sociales afecta de manera muy positiva a nuestro bienestar emocional. Para no caer en la negatividad es importante buscar la compañía de personas positivas que nos ayuden a mantener una actitud optimista ante la vida. Aléjate de personas tóxicas, esas que dejan con la moral por los suelos después de quedar con ellas y que sientes que te roban toda la energía.
Aleja de tu vida el aburrimiento
Cuando no tienes nada que hacer y te aburres es muy fácil que caigas en los pensamientos negativos. Algunas personas cuando tienen tiempo libre se dedican a actividades pasivas que no implica ningún esfuerzo, como ver la televisión o mirar el móvil sin una finalidad concreta, sin intención. Esta manera de ocupar nuestras horas libres no nos aporta nada positivo, no nos motiva ni nos hace sentir más felices. La clave está en busca actividades que de verdad te llenen y te hagan sentir bien, que impliquen aprender algo o superarte a ti misma de algún modo. El esfuerzo siempre nos lleva a aumentar nuestra autoestima y a sentirnos mejor.
El amor te hará más optimista
La oxitocina es la hormona que se libera cuando sentimos amor, y no solo nos referimos al amor romántico, sino a todo tipo de amor. Si tienes pareja, alimenta esa relación e intenta que se mantenga la ilusión y las ganas de estar juntos. Si en este momento no estás enamorada, el amor hacia tus padres, tus hermanos, tus hijos, si los tienes, también actuarán como una inyección de energía y de optimismo que te ayudará a ver todo lo bueno que nos ofrece la vida.