En la decoración del salón son muy importantes los complementos. Con ellos lograremos dar un toque personal al espacio, reafirmaremos el estilo decorativo que queremos para nuestro salón y lograremos un ambiente único muy nuestro. Para ello, podemos servirnos de los cojines, las mantas para el sofá, los detalles que colocaremos sobre la mesa de centro y las mesas auxiliares (velas, jarrones, plantas...) y sobre todo los cuadros. Podemos optar entre ilustraciones, láminas, pinturas, fotografías, de estilo clásico o moderno, de gran tamaño (si queremos que tengan un gran protagonismo en el salón) o de pequeño formato para crear originales composiciones. Como las posibilidades son infinitas, hemos seleccionado 10 salones decorados con cuadros que te pueden servir de inspiración porque, aunque parezca sencillo, decorar con cuadros es todo un arte. Tanto si optamos por una gran obra sobre el sofá o la chimenea como si realizamos una composición de piezas más pequeñas, en estos salones seguro que encuentras las opción perfecta para ti.
1. Una composición moderna en blanco y negro
Si quieres combinar cuadros de distintos tamaños, intenta crear una composición simétrica bien equilibrada. Para conseguirlo, cuelga los cuadros alineados, como en este salón, donde se ha elegido un mismo marco de madera para las fotografías en blanco y negro y un marco oscuro para las láminas con motivos vegetales. La composición se ha centrado sobre el sofá y se ha intentado que la distancia entre los cuadros sea la misma. El resultado: un conjunto armónico y moderno que encaja a la perfección con el estilo decorativo del salón.
2. Un cuadro en la chimenea
Si tienes la suerte de disfrutar de una chimenea en tu salón, no desaproveches la oportunidad de convertirla en el centro de la estancia. Una manera de lograrlo es decorarla con un cuadro que atraerá todas las miradas. En este caso, se ha optado por una lámina moderna que contrasta con el estilo clásico del salón. Además de este cuadro, también se han colocado láminas más pequeñas en la estantería, intercaladas entre los libros, una idea fantástica para salones con librería.
3. Dos cuadros simétricos de la misma serie
El orden y la sencillez definen este salón decorado con pocas piezas y de líneas ligeras. Y los cuadros no podían ser menos. Este salón necesitaba una composición como esta: dos cuadros simétricos de la misma serie colgados sobre el sofá y con el mismo marco blanco. La pared oscura realza los marcos blancos que encajan muy bien con las tapicerías de tonos naturales.
4. Un gran cuadro sobre el sofá
Aunque parezca una contradicción, en salones de pocos metros es mejor elegir un gran cuadro que hacer una composición de cuadros más pequeños. Nuestro consejo es que lo cuelgues centrado sobre el sofá y que en el cuadro predominen los tonos suaves. En este caso, se ha optado por una obra contemporánea que contrasta con el estilo rústico del salón, en el que destaca una impresionante pared de piedra vista.
5. Un cuadro sobre el aparador
Los aparadores son un lugar perfecto para colgar un cuadro y crear un conjunto lleno de personalidad en el salón. Al igual que cuando colgamos un cuadro sobre el sofá, lo mejor es centrarlo sobre el aparador y decantarnos por una pieza que encaje en el estilo decorativo de la estancia. Si es, como en este caso, de estilo moderno y en tonos neutros, elige un cuadro contemporáneo que quede perfectamente integrado en el ambiente.
6. Una composición de fotografías familiares
¿Y si en lugar de cuadros elegimos unas fotos familiares y creamos una original composición? Pueden ser fotos actuales o bien antiguas, en blanco y negro, que evoquen nuestro pasado familiar y nos recuerden nuestros orígenes. Esta ha sido la opción en este salón donde se ha creado una composición simétrica con unas fotos familiares en blanco y negro. La clave para que una composición de fotos quede bien es crear un conjunto simétrico, alineado por arriba y por abajo, de manera que todas las fotos creen la sensación de una única pieza centrada sobre el sofá.
7. Apoyar un cuadro sobre una balda o un aparador
Para decorar el salón con un cuadro no hace falta agujerear la pared. Basta con apoyar el cuadro sobre un aparador, una balda o cualquier mueble del salón. Esta es una tendencia decorativa que solo tiene ventajas: no estropeas la pared, te permite comprar un cuadro y disfrutar de él al instante y cuando te cansas lo cambias por otro sin problemas. Además, da un cierto aire informal al ambiente, perfecto si queremos crear un salón moderno.
8. Una composición desenfadada
Los cuadros nos sirven para hacer nuestro salón único y más personal. Así que las reglas están para romperlas. Podemos crear una composición de cuadros más informal, sin simetría y con motivos distintos que nos gusten. Para que visualmente sea un conjunto armónico, en este salón se han elegido láminas de un estilo actual, de una misma gama cromática y con marcos similares en blanco y negro.
9. Un toque actual en un salón clásico
La pequeños detalles son los que harán de tu salón un espacio acogedor en el que te sientas más a gusto. Y ahí tienen mucho que decir los cuadros. Por ejemplo, en este salón, con el techo de vigas de madera y una decoración en tonos muy cálidos, las fotos en blanco y negro que se han colocado sobre la repisa de la chimenea crean un contraste que actualiza el salón y le imprime un sello personal muy atractivo.
10. Jugar con las tonalidades del salón
En salones donde quieras crear un ambiente sereno y relajante, lo mejor es elegir un cuadro en los mismos tonos que predominan en la estancia. Si optas por los tonos naturales, como en este caso, decántate por un cuadro en esta gama cromática que se funda con la pared y que se convierta en un elemento decorativo bien integrado en el salón.