Si te gusta vestir tu casa con la calidez que aportan las alfombras, seguro que tienes dudas sobre cómo limpiarlas y mantenerlas. Cuando acabamos de comprar una alfombra luce perfecta en nuestro salón o dormitorio, pero después de unos años de trote, sobre todo si hay niños o mascotas en casa, empieza a verse desgastada y envejecida, a veces con manchas que no somos capaces de eliminar. Llevarlas a la tintorería sale caro pero nuestras rutinas de limpieza no son lo suficientemente efectivas para mantenerlas en buen estado. Por eso hemos preparado unos consejos y unos trucos de limpieza que te permitirán mantener tus alfombras como nuevas para que duren muchos más años. Todos nuestros trucos incluyen remedios naturales que puedes preparar en casa sin demasiados problemas. Pruébalos y da una nueva vida a tus alfombras.
1. Acabar con el polvo, el primer paso
Uno de los mayores enemigos de las alfombras es el polvo: se acumula en la fibras, las apelmaza y puede llegar a estropearlas. La manera más efectiva de eliminar el polvo es pasar la aspiradora habitualmente. Entre tus rutinas de limpieza debes incluir la alfombra, y pasar la aspiradora como mínimo una vez a la semana. Los expertos aconsejan pasar la aspiradora sin el cepillo, que podría llegar a desgastar la alfombra.
2. Elimina las manchas cuanto antes
Si ves que la alfombra se ha manchado, actúa deprisa. Antes de que la mancha se seque, pasa papel de cocina absorbente y elimina los restos que hayan quedado depositados sobre la alfombra. Si utilizas una esponja, que no esté muy mojada: lo único que conseguirías es expandir más la mancha. La manera correcta de limpiar una mancha en la alfombra es siempre desde el borde hacia el centro para intentar reducir la mancha y evitar que crezca.
3. Manchas difíciles: vino y café
La manera más efectiva de eliminar una mancha de vino en la alfombra es frotar con agua con gas y, a continuación, extender una espuma limpiadora. También puedes realizar una mezcla de agua y soda y verterla sobre la mancha. Deja actuar 30 minutos y, después, coloca papel absorbente. En el caso de una mancha de café o té, frota la mancha con una mezcla realizada con detergente y vinagre blanco.
4. Acabar con el chicle y las manchas de tinta
Si hay niños en casa seguro que te has encontrado en la alfombra las cosas más inesperadas. Por ejemplo, un chicle. Si es tu caso, no intentes arrancarlo directamente, lo único que conseguirías es llevarte parte del pelo o de las fibras de la alfombra. Lo que debes hacer es coger un cubito del congelador y aplicarlo sobre el chicle para endurecerlo. De este modo, te será más fácil de quitar. Si lo que te encuentras en tu alfombra es una mancha de tinta de bolígrafo, coge un paño blanco limpio e imprégnalo de leche. Ve pellizcando la mancha con el paño blanco hasta que desaparezca.
5. Cómo limpiar alfombras de lana y de algodón
Según de que material sea tu alfombra, existen unos trucos específicos para lograr los mejores resultados. Si tu alfombra es de lana, sacúdela para levantar la suciedad y después pasa la aspiradora. A continuación, límpiala con un trapo impregnado en agua y jabón neutro y seca rápidamente. En el caso de una alfombra de algodón, primero pasa el aspirador por ambas caras, del centro hacia fuera y al revés. Finalmente, frota la alfombra con una mezcla de vinagre blanco y agua tibia.
6. Limpiar alfombras de fibras sintéticas y naturales
Las alfombras de fibras sintéticas acumulan más electricidad estática que las de lana, por lo que absorben más pelos e hilos. Por ello, es importante que las aspires más a menudo, al menos una vez a la semana, y las limpies con espuma seca. La alfombras de fibras vegetales, como las de sisal o yute, se limpian con un paño empapado en agua salada y se dejan secar en un lugar sin sol directo. Si tienes una alfombra de un material ecológico (papel o bambú), pásale la aspiradora pero nunca la sacudas. Las manchas elimínalas con un mezcla de agua y jabón neutro.
7. Trucos para alfombras desgastadas
Las alfombras deterioradas por el paso de los años y el trote pueden arreglarse con algunos sencillos trucos. Solo vale la pena que lleves tu alfombra a un profesional que repare roturas, cambie bordes o la tiña, si es de buena calidad. Si no, te saldrá más a cuenta comprar una nueva. Si tu alfombra es más sencilla y se deshilacha puedes repararla colocando un ribete. Existen cintas ribeteadas con una parte adhesiva muy fáciles de colocar. Si el problema son los bordes de la alfombra que se levantan puedes aplicar un poco de humedad para que vuelvan a su forma original. Puedes hacerlo con un paño mojado o con un vaporizador. Después coloca encima un peso para ayudar a que los bordes recuperen su forma.
8. Recuperar el color de la alfombra
Con el paso de los años, las alfombras pierden el color original. El desgaste y la exposición al sol suelen ser las causas de este deterioro. Para reavivar los colores de tu alfombra, prueba a aplicar una mezcla de sal y agua que debe quedar como una pasta que puedas extender por la alfombra. Deja que se seque y, luego, frota con un cepillo para que actúe mejor. Retira los restos con el aspirador. Otro remedio casero es frotar la alfombra con un paño impregnado en vinagre de alcohol, mejor caliente. Deja actuar unos minutos, pasa un paño seco y finalmente la aspiradora.
9. Alfombras con malos olores
Es otro de los problemas de las alfombras. Con el paso del tiempo pueden coger un olor desagradable que es difícil de eliminar. Una manera efectiva de conseguirlo es con bicarbonato. Espolvorea el bicarbonato por encima de la alfombra, deja que actúe y retíralo con el aspirador. Una vez hayan desaparecido los malos olores puedes aromatizar tu alfombra con aceites esenciales de lavanda, de canela, de limón, de tomillo... Puedes aplicarlos con un vaporizador.
10. Cómo guardar una alfombra
Si vas a guardar tu alfombra, que sea limpia. Puedes llevarla a la tintorería (unos 11 €/m2) o aplicar alguno de nuestros trucos de limpieza caseros. Guárdala enrollada con papel de periódico, que absorbe la humedad y evita la aparición de ácaros. Colócala en horizontal y no pongas nada que la aplaste o la deforme. Si quieres, puedes protegerla con una funda de tela.