Los suelos de madera nos encantan. Son cálidos, elegantes, nunca se pasan de moda y encajan con cualquier estilo decorativo, desde los más modernos a los más clásicos. Por eso es uno de los revestimientos más elegidos para decorar nuestras casas. Y aunque nos digan que es un pavimento delicado que necesitará más cuidados y más mimos que otros materiales más resistentes, nos gusta tanto que no nos importa.
En realidad, cuidar un suelo de madera puede ser más sencillo de lo que pensamos. Sus peores enemigos son la humedad (por eso hay que evitar fregarlos demasiado a menudo) y las rayas, que solemos hacer con los zapatos o moviendo los muebles. También hemos de tener en cuenta que no es lo mismo un suelo de madera maciza, que necesitará unos cuidados especiales, que un parquet laminado, más sufrido y fácil de mantener que podemos instalar incluso en el baño o en la cocina. Para poner un poco de orden en el mundo de los pavimentos de madera, hemos resumido en 10 pasos cómo limpiar el parquet para que luzca como el primer día y no se estropee.
1. Madera maciza: basta con barrer
La madera es un material natural y como tal va cambiando con el paso del tiempo. No hay dos suelos de madera maciza iguales y a medida que envejecen van ganando en belleza. Para limpiar un suelo de madera natural, elimina el polvo y la arenilla a diario para que no se raye. Puedes hacerlo con la aspiradora, utilizando el cepillo especial para suelos de madera que suelen llevar incorporado, o con una escoba: pero en ambos casos vigila con no rayarlo. La madera no es amiga del agua, así que no friegues el suelo muy a menudo. Puedes hacer una limpieza más en profundidad cada dos semanas, con la fregona muy bien escurrida y utilizando agua tibia y un jabón neutro sin siliconas ni productos químicos agresivos. No olvides proteger tu suelo de madera natural con un buen barniz periódicamente.
2. Cómo limpiar un parquet multicapa
Los parquets multicapa tienen una lámina superior de madera maciza mientras el resto del pavimento es contrachapado o aglomerado. Para limpiarlo debes tratarlo como si fuera un suelo de madera natural: pasa la aspiradora o barre con la escoba con cuidado de no rayarlo. Presta especial atención a las juntas y a las esquinas donde se puede acumular suciedad que acabe dañando la madera. Para limpiar más en profundidad este parquet puedes pasar la mopa ligeramente humedecida una vez a la semana.
3. Parquets laminados, más resistentes
Es la mejor opción si queremos disfrutar de la calidez de la madera con un pavimento más sufrido y más fácil de limpiar y mantener. Los laminados son perfectos para dormitorios infantiles, donde los niños van a poder jugar sin miedo a rayar o estropear el pavimento, y dan muy buen resultado en baños y cocinas, gracias a su mayor resistencia a la humedad. Para limpiar el parquet laminado, puedes barrerlo con la escoba o la aspiradora, siempre vigilando que el roce continuo no acabe dañando el suelo. Las manchas las puedes eliminar con una fregona de calidad, los más escurrida posible, con la que puedes aplicar una solución jabonosa específica para suelos de madera. Esta limpieza más en profundidad se recomienda realizarla una vez a la semana.
4. Evita las siliconas y productos químicos
Los suelos de madera no se pueden limpiar con cualquier jabón. Los productos con siliconas pueden estropear el barniz del parquet y las sustancias abrasivas pueden quitarle el brillo. Por ello, para limpiar tu suelo de madera sólo debes utilizar productos específicos y en la cantidad que indique el fabricante, que suele ser muy poca. También puedes utilizar un limpiador casero a base de agua caliente y un poco de vinagre. Si te da miedo utilizar este limpiador natural, pruébalo primero en una parte poco visible del parquet antes de utilizarlo para limpiar todo el pavimento.
5. Ataca las manchas cuanto antes mejor
Como los suelos de madera no son amigos de la humedad y no vamos a fregarlos tan a menudo como otros pavimentos más resistentes, es vital que cuando el parquet se manche actuemos enseguida. Si nos cae un líquido, utiliza papel absorbente para secar el suelo, y si se ha manchado frota con un paño suave humedecido con agua caliente y un poco de detergente neutro. No utilices nunca estropajos porque podrías rayar la madera.
6. Un detergente natural para el parquet
Si buscas una opción respetuosa con la madera para limpiar el parquet apuesta por detergentes naturales que puedes preparar tú misma en casa. Uno muy sencillo es mezclar agua caliente y vinagre, un potente limpiador y desinfectante que no estropeará la madera. También puedes mezclar 1 litro de agua, dos cucharadas de aceite de oliva y 2 cucharadas de zumo de limón para crear un limpiador para el parquet que, gracias al aceite de oliva, hidratará la madera y dejará un agradable olor a cítrico.
7. Qué hacer con los arañazos
Por muy cuidadosos que seamos, es inevitable que aparezcan rayas o arañazos en el parquet. Para reparar un arañazo, lo primero que debes hacer es limpiar la zona rayada con un paño mojado y después lijar un poco la superficie. Si se trata de una raya superficial poco profunda, puedes arreglarla con un rotulador especial para madera. No lo apliques directamente en el suelo, mejor en un paño de algodón con el que puedes frotar el suelo. En el caso de arañazos más profundos, rellénalos con una barra de cera para suelos o una masilla especial. En ambos casos, elige un tono lo más parecido posible a tu suelo.
8. Cómo mantener el color del parquet
En casas con mucha luz natural donde el sol incide directamente sobre el suelo de parquet, es posible que la madera pierda su color original. La manera más sencilla de evitarlo, es bajar las persianas en las horas del día con más sol para evitar que la madera se deteriore. Si el parquet ha perdido un poco de brillo, puedes tratarlo con aceite de linaza o de teca. Humedece un paño con alguno de estos aceites, frota el suelo y no lo pises hasta que se seque.
9. Dejar la suciedad fuera de casa
Cuando optamos por un suelo de parquet, hemos de ser conscientes de que se trata de un pavimento delicado que deberá ser tratado con más delicadeza. Por ejemplo, deberemos ser cuidadosos para que la suciedad del exterior no entre en casa. Para ello, basta con poner un felpudo en la entrada que impedirá que entren piedrecitas o polvo que llevas en los zapatos y que pueden rayar el parquet. También es aconsejable dejar los zapatos en la entrada o quitártelos lo antes posible: el suelo de madera es muy cálido y uno de los mayores placeres cuando tienes parquet es caminar por casa con calcetines. Otra manera de proteger un suelo de madera es colocar alfombras en algunos lugares de la casa, los que más trote soportan, como el pasillo, el salón o el dormitorio de los niños.
10. No rayes el parquet con los muebles
Arrastrar una silla o una butaca puede ser fatal para un suelo de madera. La mayoría de rayas y desperfectos que sufre el parquet viene de los movimientos que hacemos con los muebles. La manera de evitarlo es tan sencilla como colocar fieltros en las patas de los muebles que movemos a diario, sillas sobre todo. Si tienes que mover un mueble de sitio, no lo arrastres, levántalo siempre. En cuanto a los muebles que tienen ruedas, límpialos bien y elimina la suciedad que puedan acumular en las ruedas y que pueden rayar el parquet.