Hace apenas una semana, en la madrugada del sábado 29 al 30 de octubre, retrasamos el reloj una hora y nos adentramos de lleno en el temido horario de invierno. Un cambio que altera nuestra rutina y por el que más de una persona siente cansancio y estrés.
Por norma general, el horario de invierno se hace más llevadero que el de verano porque ese día tenemos la suerte de dormir una hora más. Eso sí, el organismo debe ajustarse también a estos cambios. Pero, ¿por qué nos sentimos más cansados que de normal? Bien, al hacerse de noche más temprano (concretamente a las 18:00 horas), nuestro cuerpo empieza a segregar melatonina antes y el sueño se apodera de nosotros en horas que no debería producirse. Por esa razón, es importante adaptarnos a todos estos cambios cuanto antes. Si aún no te has hecho al cambio de hora y te afecta más de la cuenta en tu día a día, te damos seis consejos que debes seguir para evitar sufrir bajones y continuar con nuestra vida con total normalidad.
Evita un cambio brusco
El cambio de hora conlleva una transformación en nuestra rutina. A la hora de conciliar el sueño, te va a costar más de la cuenta y te levantarás antes de la hora, algo que provocará un agotamiento mayor según van pasando el tiempo. Tienes que intentar normalizar la situación y, por esa razón, es imprescindible que retrases quince minutos la hora a la que te vas a dormir y al día siguiente te levantes más tarde que de costumbre. En cuestión de 15 días estarás más que sincronizada con este nuevo horario. También, es aplicable a las comidas.
Cuida tu alimentación
Tienes que conseguir llevar una alimentación sana y equilibrada, y mantener los mismos horarios de comidas. Lo aconsejable, es hacer cenas ligeras al menos dos horas antes de irnos a la cama. La melatonina es la hormona encargada de facilitar el sueño por eso es indispensable incluir alimentos ricos en triptófano (un aminoácido encargado de segregar dicha hormona): plátano, chocolate negro, lácteos, huevos, pescado, legumbres, frutos secos, entre otros muchos.
Bajo ningún concepto consumas alcohol y cafeína cuando te falten pocas horas para irte a dormir porque no podrás disfrutar de un sueño reparador.
Si buscas ideas para cenas ligeras, tenemos lo que necesitas. Fichas las siguientes recetas con tan solo un clic, ¡no te arrepentirás!
Evita las siestas
Si eres fan de las siestas, debes saber que bajo ningún concepto debes compensar el cansancio con una cabezadita. De lo contrario, volverás a alterar tu 'reloj corporal' y te costará pegar ojo por la noche. Es aconsejable acostarse temprano, aunque cueste. A la larga, lo agradecerás.
La importancia de la luz solar
Aunque nos pese, el horario de invierno es el que menos horas de sol tiene. Anochece a las 18:00 de la tarde por eso es ideal buscar la luz solar con el objetivo de que nuestro cuerpo produzca vitamina D, algo que nos acarrea multitud de beneficios en nuestro organismo.
En resumen, hay que aprovechar todos los rayos de sol posibles para mantenernos activas y sin perder la energía.
Ejercicio físico
El deporte puede convertirse en nuestro mejor aliado. Además de ir en busca de rayos de sol, el ejercicio físico también es una de las prácticas con las que conseguiremos mantener activo nuestro cuerpo. El movimiento nos da energía ya sea en una sesión de footing, como en el gimnasio o un paseo por la montaña. Cualquier técnica es válida y al final del día llegaremos en una condición óptima para conciliar el sueño.
Disminuye el uso del teléfono móvil
Aunque para muchas personas, el mejor momento del día es meterse en la cama y revisar el teléfono móvil, la realidad es que un hábito que debemos dejar de hacer y más cuando nos encontramos plantándole cara al cambio de horario. ¿Por qué? Porque el brillo de la pantalla de los dispositivos estimulan el cerebro y hace que sea imposible pegar ojo.