El huevo es uno de los alimentos más versátiles y no deben faltar en nuestra dieta. Su cocinado es tan sumamente fácil que apenas te va a quitar tiempo. Pero antes de lanzarnos a cocerlos, es preciso tener en cuenta seguir una serie de consejos: hay que utilizar siempre lo más frescos del mercado, usarlos a temperatura ambiente y en el caso de que lo tengamos en la nevera, sacarlos minutos antes de ser manipulados. Y aunque parezca una tontería, deben cubrirse en su totalidad con agua.
Eso sí, uno de los puntos más importantes es el tiempo de cocción. Debemos estar muy atentos ya que si nos pasamos de minutos, todos nuestros esfuerzos van a quedar en vano. Huevo duro, pasado por agua, mollet y poché, te desvelamos cómo hacerlos para disfrutar de un plato delicioso.
1. Huevo pasado por agua
El huevo pasado por agua es un clásico por excelencia en los desayunos. En este en concreto, la clara no queda cuajada y la yema se degusta prácticamente líquida. El tiempo de cocción comprende desde lo 3 a los 5 minutos. La forma más típica y fácil de servirlo es en un recipiente en forma de huevera.
Preparación:
- Lavamos bien los huevos con agua tibia y acto seguido los metemos dentro de un cazo con agua muy fría. Uno de los trucos más efectivos es echarle un poco de sal para evitar que la cáscara se agriete.
- Cuando el agua comience a hervir, contamos 3 minutos en el caso de que prefiramos la clara y la yema poco cuajada y 4 si, por el contrario, queremos la clara más cocida y la yema más líquida.
- Por último, con un cuchillo de sierra rompemos la cáscara por arriba y la servimos en el cuenco anteriormente elegido.
2. Huevo Mollet
Mollet significa mullido o blando. Es decir, este tipo de huevo tiene la yema semilíquida y la clara firme pero un tanto blandita. Su tiempo de cocción es de 5 a 7 minutos. Como más se disfrutan es acompañarlo con bien de verduras de todos los tipos.
Preparación:
- Para cocerlo de la mejor manera posible es preferible sacarlo de la nevera con antelación ya que si está muy frío y lo metemos en la olla cabe la posibilidad de que la cáscara se rompa.
- El tiempo de cocción varía según el tamaño del huevo: si es de talla S o M, con tan solo 4 minutos es suficiente. Si es talla L, lo mejor es dejarlo 5 minutos. Y, por último, si el huevo que hemos escogido es XL, 6 minutos es lo recomendado.
- Una vez transcurrido el tiempo de cocción para cada tamaño.
- A la hora de presentarlo, hay que hacer un pequeño corte para que salga la yema. haremos un pequeño corte con el cuchillo para que salga la yema.
2. Huevo duro
El huevo duro es uno de los alimentos más versátiles. Podemos usarlos tanto ensaladas, como en sopas, cremas y todo tipo de rellenos. A diferencia del huevo pasado por agua, este tiene la clara perfectamente cocina y una yema súper consistente. Su tiempo de cocción transcurre desde los 10 a los 12 minutos.
Preparación:
- Hay dos maneras muy rápidas de prepararlo. La primera, introducir el huevo cuando el agua esté fría. Y segundo, cuando esté empezando a hervir. Si optamos por la segunda opción lo recomendable es dejar cocerlo dos minutos más.
- Lo normal, y dependiendo del tamaño del huevo que hayamos elegido, es dejarlo entre 10 y 12 minutos.
- Si nos pasamos de tiempo, lo que puede pasar es que el huevo coja un olor desagradable y con un tono grisáceo tirando a verdoso muy poco apetitoso. Hay seguir escrupulosamente los tiempos para disfrutar de un delicioso huevo duro.
4. Huevo poché
El huevo poché se ha puesto muy de moda y la forma más deliciosa para comerlo es sobre una tostada de aguacate. Este plato se ha convertido en el favorito de muchas personas y para cocinarlo es mejor hacerlo sin la cáscara y con agua ligeramente hirviendo durante tres minutos. Truco: para disfrutarlo aún más, los huevos tienen que ser lo más frescos posible.
Preparación:
- Ponemos a calentar el agua en un cazo. En el momento que el agua esté a punto de hervir, hacemos un remolino con la ayuda de una cuchara.
- Con delicadeza, dejamos caer el huevo en el centro del remolino.
- Cocinamos durante 3 minutos. El resultado es una clara sólida pero poco cuajada y la yema líquida.
En resumidas cuentas. El huevo tiene múltiples maneras de cocinarse y estas cuatro van a convertirse en tus favoritas.