¿Sabes que colores te favorecen? Esta es la sencilla pregunta que se esconde tras la colorimetría, una disciplina estética que estudia de manera objetiva los colores. Basándose en una serie de preceptos y principios científicos, cuantifica y analiza las propiedades del color, como la luminosidad, la tonalidad y la saturación.
Pero tranquila, lo que yo te voy a contar hoy está lejos de los modelos matemáticos y los sistemas de coordenadas que utiliza la colorimetría más avanzada. Sencillamente, voy a explicarte sus principios básicos para que utilices estos conocimientos para conseguir las mejores combinaciones a la hora de vestir, y los mejores tonos de maquillaje, para resaltar tu belleza. ¿Preparada?
Tipos de colorimetría y cómo saber cuál es tu paleta de color
Como te contaba, la colorimetría es una disciplina que estudia el color de forma objetiva. Tiene muchas aplicaciones prácticas, desde el diseño gráfico, al mundo de la moda, pasando por otras ramas menos evidentes, como la medicina o la alimentación. Y es que los colores tienen grandes implicaciones en la forma en la que percibimos lo que nos rodea. Tienen sus propias dimensiones físicas y psicológicas.
Por eso, al estudiar la colorimetría y descubrir sus propiedades, puedes sacar partido a los colores que te ha regalado la naturaleza. Tu tono de piel, el color de tu pelo y hasta el de tus ojos pueden ser clave para saber qué paleta de color es mejor para ti, según la colorimetría.
Para descubrirla, debemos tener en cuenta varios aspectos.
Colores cálidos, colores fríos
Lo primero que debes tener en cuenta es si tus tonalidades son frías o cálidas. Desde la Escuela de Moda y Patronaje Andespert, de Valencia, nos explican que estos dos tipos de personas pueden diferenciarse teniendo en cuenta los siguientes aspectos.
- Armonías frías. Esta tonalidad corresponde a aquellas personas en las que el color del cabello y de los ojos son relativamente claros, contrastando mucho con el color de su piel. Dependiendo del nivel de intensidad, podemos considerar que su armonía fría es intensa, neutra o suave.
- Armonías cálidas. Esta tonalidad se asocia a aquellas personas en las que el color de la piel es más intenso que el de los ojos y el cabello. Según la potencia de este contraste, estaremos ante una armonía cálida intensa, neutra o suave.
Por supuesto, estas normas no son universales, puesto que cada persona puede tener un matiz distinto de tonos y texturas, que pueden hacer que su paleta de color cambie bastante. Pero, para empezar, es una buena referencia.
Colorimetría de temporada
Ahora que tienes claro si eres de armonías frías o cálidas, pasamos al siguiente punto para descubrir tu paleta de color. Aunque la práctica hace al maestro y confeccionar una paleta por ti misma puede ser todo un acierto, requiere de mayor esfuerzo que guiarse por aquello que ya está escrito. Y de eso, precisamente, va la colorimetría de temporada.
Esta rama de la disciplina nos dice que las paletas perfectas de colores ya existen, y están en la naturaleza. La primavera, el verano, el otoño y el invierno, con sus propias tonalidades y texturas, configuran estas cuatro paletas esenciales en las que prácticamente todas las personas pueden dividirse. Por supuesto, siempre hay excepciones.
Para saber cuál es tu estación según la colorimetría debemos rescatar el concepto anterior, de armonías frías y cálidas.
- Si tu armonía es cálida, pero suave, tu paleta es la del otoño. Esta paleta está compuesta principalmente por tonos cálidos y profundos, que evocan los colores de la estación. El rojo quemado, los colores tierra, el verde oliva, el dorado y, en general, colores algo más intensos, como el naranja.
- Si tu armonía es cálida, pero intensa, tu paleta es la de primavera. En este caso se te recomienda usar las tonalidades más cálidas dentro del espectro de los colores pastel.
- Si tu armonía es fría, pero suave, tu paleta es la del invierno. En este caso, debes optar siempre por colores intensos y brillantes. El azul intenso, un blanco puro e incluso un gris muy luminoso pueden ser tus mejores apuestas a la hora de vestir.
- Si tu armonía es fría, pero intensa, tu paleta es la del verano. En este caso, se te recomienda usar tonos suaves, como el celeste, el rosa o el azul claro. Todos ellos, en tonalidades frescas y suaves, como los pasteles.
Psicología del color
Ahora que conoces tu paleta de color, ya puedes elegir las mejores combinaciones de prendas y el maquillaje perfecto para resaltar tu piel, tu pelo y tus ojos. Pero todavía podemos rizar más el rizo.
Tal y como explican en la Escuela Andrespert, los colores pueden activar mecanismos cerebrales que están directamente conectados con las emociones. Según la tonalidad que elijamos para nuestro conjunto, podemos inspirar movimiento, positividad, cambio, energía, sensualidad, seriedad o pasión. Así que, sin salirnos de tu paleta personal, podemos escoger que prevalezcan ciertos tonos sobre otros, para transmitir una energía en especial.
- Rojo. Elige prendas en este color cuando quieras transmitir una imagen sensual, audaz y llena de pasión. Es el tono del poder.
- Azul. Este tono es ideal para transmitir elegancia, puesto que se relaciona con la realeza, la sobriedad y la justicia.
- Amarillo. Con este color, puedes configurar un conjunto que transmita felicidad y riqueza, dado que es el tono asociado a la abundancia.
- Naranja. Este tono debe imperar en tus outfits cuando quieras transmitir determinación. Es el color del movimiento.
- Verde. Con este color puedes hacer combinaciones que evoquen a la naturaleza, a lo esencial. Es el tono de la ecología y lo natural.
- Negro. Un tono clásico que nunca falla a la hora de combinar ropa. Si impera en el conjunto, transmitirás seriedad, sofisticación y elegancia. Es un color atemporal.
- Blanco. Con ropa de este color, que es fácil de destacar, conseguirás transmitir delicadeza, pureza y una elegancia simple, que casi parece alcanzada sin intención.
Aplicando la colorimetría a tu forma de vestir
¿Tienes claros los colores que forman tu paleta personal? ¿Has elegido cuál quieres que sea el tono principal de tu conjunto, el que quieres resaltar para transmitir una energía particular? Entonces ha llegado el momento de hablar de esquemas de color, para que consigas configurar conjuntos perfectamente combinados.
La moda es pura estrategia. Y ahora que conoces los principios de la ciencia que la configura, estará a tu merced.
Para conjuntar bien tu ropa, sin salirte de tu paleta de color, te recomiendo que la tengas siempre a mano. Recuerda que puedes ir modificándola a base de prueba y error. Las paletas de primavera, verano, otoño e invierno son una buena referencia con la que comenzar, pero no son infalibles.
Dicho esto, veamos un ejemplo de combinación con cada uno de los esquemas posibles:
- Esquema monocromático. En este tipo de esquema, combinamos el mismo color, pero en tonalidades diferentes. Jugamos, por tanto, con la saturación de estos. Por ejemplo, si has elegido el azul como color principal y tu paleta es la de invierno, puedes empezar con una prenda en tonos azul eléctrico, y combinarla con otras tonalidades de este color, más claras y en distintos niveles de intensidad, sin salirte de tu paleta.
- Complementario. Utilizando este esquema de color, vas a conseguir combinaciones más llamativas, con contrastes fuertes que causen impacto. Para ello, cogeremos colores que se encuentren opuestos en la rueda de color. Siguiendo con el ejemplo anterior, podríamos combinar una prenda de un azul intenso, con complementos en color borgoña, para darle profundidad al conjunto.
- Análogo. El último esquema nos ofrece combinaciones más suaves y armoniosas, perfectas para lucir una apariencia casual y sutil. Consiste en combinar colores que se encuentra uno junto al otro en la rueda de color. Retomando el ejemplo anterior, el azul de la paleta de invierno podría combinarse con un morado más suave o un celeste vibrante, generando un outfit armonioso y relajado.