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¿Cómo cuidar la piel sensible? Los 10 mandamientos de una cosmetóloga

Picor, enrojecimiento, tirantez, inflamación,... Este tipo de cutis causa grandes molestias a quien lo padece. Para evitarlas, una experta nos enseña cómo cuidar la piel sensible.

Si tu cutis a menudo se enrojece, con una sensación de tirantez, zonas ásperas, picores e irritación, es muy posible que tengas la piel sensible. Se trata de un tipo de cutis muy vulnerable y reactivo que carece de una barrera natural de protección ante las agresiones externas, lo que causa con frecuencia irritaciones, rojeces y una permanente sensación de incomodidad. Si te sientes identificada y quieres saber cómo cuidar la piel sensible y qué es lo que realmente funciona, no te pierdas los consejos y el ritual que nos propone una experta en cosméticos a continuación. 

Cómo cuidar piel sensible
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Las características de una piel sensible

Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga de la firma Byoode, nos da las claves para reconocer este tipo de cutis: “Las pieles sensibles suelen verse enrojecidas, sobre todo, en zonas como las mejillas. Allá donde hay rojeces, la temperatura de la piel suele estar más alta y pueden presentarse picores y, en ocasiones, incluso granitos. Son pieles con tendencia a la deshidratación, lo que da pie justamente a esa rojez, y también son más proclives al envejecimiento prematuro ya que la inflamación puede hacer que haya declives bruscos de colágeno”.

Se trata de un tipo de piel que reacciona ante los cambios bruscos de temperatura, el sol, el viento, la polución y muchos químicos presentes en los cosméticos habituales, además de las fórmulas con perfumes, entre otros factores.

Sus principales problemas

Los síntomas que suelen padecer quienes tienen pieles sensibles causan incomodidad y molestias, lo que requiere el uso de fórmulas e ingredientes calmantes y que compensen los desequilibrios. 

  • Tirantez: es una sensación provocada por la sequedad de la piel que causa incomodidad e incluso un ligero cosquilleo.
  • Eritema: la piel sensible se enrojece con mucha facilidad, ante cualquier roce, fricción o cambio de temperatura. Por eso su apariencia habitual es rosada y como irritada.
  • Descamación: la piel se pela en algunas zonas del rostro por el desprendimiento de la capa externa de la epidermis.
  • Calor: el enrojecimiento y la inflamación suelen llevar asociados una sensación de ardor con cierto picor que también causa incomodidad.
  • Picazón: es esa sensación de picor constante que causa un deseo de rascarse frecuentemente para proporcionar cierto alivio. 
  • Hinchazón: suele acompañar al enrojecimiento y se produce por la irritación ante cualquier agresión externa.
  • Aspecto mate: la falta de hidratación le da este acabado falto de brillo natural al cutis.
  • Tacto áspero: debido a la sequedad, algunas zonas del rostro presentan un tacto un tanto rugoso.

Ante estos problemas, siempre son necesarios unos cuidados especiales que debe prescribir el dermatólogo para que la piel recupere su balance y vuelva a estar sana y confortable. Para ello, es imprescindible identificar las causas de esa reactividad en el cutis, para así encontrar la rutina de belleza más adecuada en cada caso.

como cuidar piel sensible
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¿Por qué es sensible una piel sensible?

Los problemas de este tipo de cutis aparecen por una alteración en la barrera hidrolipídica de la piel, la que la protege, y que por tanto favorece esa reacción exagerada a cierto estímulos que en otras pieles no causan problemas. Como consecuencia, hay una hipersensibilidad en las terminaciones nerviosas de la piel, que causa dolor ante estímulos aparentemente inocuos.

Por un lado, hay causas ambientales como el frío y el viento que pueden llevar a que el cutis se sensibilice, además de la contaminación. También el sol entraría dentro de este tipo de factores ante los que la piel sensible ha de estar protegida, ya sea con hidratación o con factor solar. La presencia de ciertos ingredientes en los cosméticos como alcohol, perfume o tensioactivos también puede desencadenar esa reacción.

La ansiedad y el estrés también pueden convertirse en causas emocionales de este desequilibrio en la piel, así como los cambios hormonales. En este sentido, a nivel interno también afecta la comida picante, así como el consumo de alcohol y tabaco, además de ciertas alergias alimentarias.

Los 10 mandamientos para cuidar una piel sensible

Snow Lotus Lifting Cream de Boutijour
Boutijour

Pure Niche Lab, 64€.

Reforzar la función barrera

“Son pieles que suelen tener la barrera de la piel comprometida. Esto es: la barrera está débil y deja escapar la hidratación, por ello, necesitan ingredientes que refuercen esa barrera y que aporten humedad a la piel”, subraya la cosmetóloga. Snow Lotus Lifting Cream de Boutijour es una crema que incorpora extractos botánicos y manteca de karité para una hidratación profunda y completa, además de ingredientes que estimulan la síntesis de colágeno y elastina para una piel más firme y elástica.

Humectantes

Según la experta, “las pieles sensibles se benefician mucho de ingredientes humectantes como el ácido hialurónico que les aportan esa humedad que tanto necesitan”.

Multi Action Overnight Intensive Firming Treatment de Perricone MD
Perricone MD

Perricone MD, 99€.

Emolientes

“También requieren ingredientes emolientes que creen una película que haga que la hidratación no se pierda", explica la  biotecnóloga y cosmetóloga de Byoode. "Esto se consigue con ingredientes de tipo lipídico como las ceramidas, el escualano o las mantecas”, señala. Multi Action Overnight Intensive Firming Treatment de Perricone MD es un tratamiento en formato mascarilla de noche a base de aceite de coco y ácido alfa lipóico (ALA), el antioxidante más poderoso de la naturaleza, que combate los signos de la edad, a la vez que trabaja en el proceso regenerativo natural de la piel para hidratar y suavizar durante la noche. 

Rosalique Anti-Redness Miracle Formula 3 in 1
Rosalique

Pure Niche Lab, 34,95€.

Contra el enrojecimiento y la inflamación

Ferreiro afirma que “también necesitan productos ricos en agentes calmantes y antiinflamatorios, donde destacan ingredientes como la centella asiática o la niacinamida. Estos ingredientes ayudarán a bajar la rojez y la inflamación. Son pieles yang que están en llamas por la inflamación, por eso a veces están incluso calentitas. Requieren ingredientes yin que las enfríen, como los derivados del cobre, capaces de equilibrarlas y ayudarlas a regenerarse”. Rosalique Anti-Redness Miracle Formula 3 in 1 es una crema con ingredientes como la urea, el alfa-bisabolol, el pantenol o la manteca de karité, que reponen de la hidratación, sumados a una tecnología de pigmentos que contrarresta cualquier imperfección rojiza.

Evita las fricciones

Para evitar irritaciones, estas pieles “beben seguir rutinas faciales que no presenten mucha fricción ni masaje, ya que son más propensas a alterarse con el contacto. Es mejor aplicar los productos sellando, depositando los dedos, que haciendo gestos envolventes o con mucha presión”, recomienda la experta.

Aceites limpiadores

Según Ferreiro, “a las pieles sensibles les encantan los limpiadores de base oleosa porque hacen que el proceso de limpieza sea menos astringente y desde el primer paso, consiguen tener un equilibrio en el nivel de lípidos”.

Tónico Byoode
Byoode

Byoode, 69€.

Tónicos y esencias

Además, “son las pieles a las que más les benefician los tónicos y las esencias, siendo fundamentales para equilibrarse tras la limpieza y dejando la piel calmada y más receptiva a los demás productos”, explica. Es el caso de Nopal & Kombucha Metaphor de Byoode, una esencia facial bifásica que combina antioxidantes, protección y calma. Un producto híbrido entre tónico y sérum, con ingredientes como kombucha, nopal y cacao theobroma, junto con probióticos y ácido hialurónico, que mejora la barrera de la piel. 

Cuidado con los activos retexturizantes

“Puesto que son más sensibles, son más reacias a algunos ingredientes como los hidroxiácidos o los retinoides", recalca la cosmetóloga, que indica que "dentro de estos activos son mejores sus versiones en polihidroxiácido o los retinales (que no retinoles), más afines con las pieles comprometidas”.

Protección solar

“Al ser pieles más inflamadas y sensibles, son el target perfecto para los rayos UV. Son pieles que debemos cuidar en fotoproteger mucho con los filtros solares adecuados”, afirma Ferreiro.

En extra: los adaptógenos

“Algo que les ayuda mucho es seguir una rutina rica en ingredientes adaptógenos como los hongos y las setas, que ayudan a equilibrar y reforzar su función barrera”. Así que conviene buscar fórmulas que los incluyan.

Lo que no debes hacer si tienes la piel sensible
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Lo que no debes hacer si tienes la piel sensible

  • Lavarte el cutis con demasiada frecuencia o usando agua muy caliente, así como limpiadores con detergentes agresivos. Las aguas duras también pueden causar reacción en cutis sensibles.
  • Exponerte a cambios bruscos de temperatura por calefacciones, aires acondicionados o duchas muy calientes. Si los usas, evita los extremos. 
  • Usar exfoliantes mecánicos, aquellos con partículas encargadas de eliminar células muertas para renovar el cutis, ya que en estas pieles causan irritación. En su lugar, recurre a los enzimáticos.
  • Usar fórmulas perfumadas, con colorantes y tensioactivos suele ser garantía de irritación en este tipo de pieles. Recurre en su lugar a fórmulas hipoalergénicas, y, cuantos menos ingredientes haya, mejor.
  • Elegir protección solar baja y prescindir de barreras físicas como gorras, camisetas solares, sombrillas, etc.
  • Usar mascarillas peel off, que son esas que forman una película que se va despegando de la piel, alterando la capa superficial.
  • Comer comida picante, que tiende a empeorar la sensibilidad de la piel al alterar la circulación sanguínea.

Ingredientes idóneos para el cutis sensible

Para pieles sensibles es recomendable utilizar ingredientes suaves y naturales que no irriten ni sensibilicen la piel, como la niacinamida, que ayuda a fortalecer la función barrera cutánea y calmar; el aloe vera, hidratante y calmante; la centella asiática, que reduce la inflamación y mejora la cicatrización; el ácido hialurónico, que hidrata sin irritar; el bisabolol, antiinflamatorio y calmante; el aceite de jojoba, ligero y no comedogénico; la vitamina E, antioxidante y con poder regenerador, así como el extracto de caléndula, con poder calmante y cicatrizante.